Anoche me estaba aburriendo mortalmente viendo la gala de Gran Hermano 10 y decidí hacer zapping. Y casi mejor no lo hubiera hecho…
El caso es que en La 1 empezó Destino Clandestino, un reportaje grabado por un periodista francés, Dominique Mollard, que sale en un cayuco desde las costas de Mauritania hacia las Islas Canarias con 38 inmigrantes ilegales. Un viaje, un “combate”, narrado desde el principio; desde la desesperación por buscarse un futuro de los africanos, la corrupción de sus gobernantes y autoridades y la cruel picaresca de ellos mismos hacia sus propios semejantes.
Luego, el océano, cinco días por delante en una barcaza de 14 metros con dos motores (uno de repuesto que rápidamente es necesario), menos gasolina de la necesaria (adulterada con agua e inservible una buena parte), humedad y frío por todas partes y solo galletas para comer.
Y finalmente la tragedia, con el segundo motor también averiado, a la deriva y sin recibir auxilio de barcos cercanos. Una aventura que afortunadamente terminó bien, gracias precisamente a que un periodista bien preparado (con GPS y teléfono vía satélite) estaba entre ellos… ¿Cuántos otros no han tenido ese privilegio?
Curiosa velada la de anoche, empecé viendo a unos pazguatos encerrados en una casa buscando la fama y terminé viendo a unos pobres desgraciados encerrados en un ataúd flotante buscando sobrevivir.
Esta mañana, escuchando la radio y las noticias, la crisis y los problemas que podamos tener muchos me parecían una broma, un chiste menor, comparado con la tragedia africana que se narraba anoche. Debí haber seguido viendo Gran Hermano… o quizá no.
Dejo el enlace a este blog, donde se puede ver el vídeo integro (90 minutos)
El caso es que en La 1 empezó Destino Clandestino, un reportaje grabado por un periodista francés, Dominique Mollard, que sale en un cayuco desde las costas de Mauritania hacia las Islas Canarias con 38 inmigrantes ilegales. Un viaje, un “combate”, narrado desde el principio; desde la desesperación por buscarse un futuro de los africanos, la corrupción de sus gobernantes y autoridades y la cruel picaresca de ellos mismos hacia sus propios semejantes.
Luego, el océano, cinco días por delante en una barcaza de 14 metros con dos motores (uno de repuesto que rápidamente es necesario), menos gasolina de la necesaria (adulterada con agua e inservible una buena parte), humedad y frío por todas partes y solo galletas para comer.
Y finalmente la tragedia, con el segundo motor también averiado, a la deriva y sin recibir auxilio de barcos cercanos. Una aventura que afortunadamente terminó bien, gracias precisamente a que un periodista bien preparado (con GPS y teléfono vía satélite) estaba entre ellos… ¿Cuántos otros no han tenido ese privilegio?
Curiosa velada la de anoche, empecé viendo a unos pazguatos encerrados en una casa buscando la fama y terminé viendo a unos pobres desgraciados encerrados en un ataúd flotante buscando sobrevivir.
Esta mañana, escuchando la radio y las noticias, la crisis y los problemas que podamos tener muchos me parecían una broma, un chiste menor, comparado con la tragedia africana que se narraba anoche. Debí haber seguido viendo Gran Hermano… o quizá no.
Dejo el enlace a este blog, donde se puede ver el vídeo integro (90 minutos)
Me gustó la refelxión final, que tristeza
ResponderEliminarY ahora piensa ¿cómo tiene que estar de desesperada esta gente para arriesgarse de esta manera? Nosotros no somos capaces de imaginarlo.
ResponderEliminarNo, la verdad es que es difícil de imaginar: sin futuro, solo pobreza, sin poder confiar en las autoridades, puteándose y robándose entre ellos mismos y, en cierta medida, engañados por las mafias que organizan los viajes y con la ilusión de que en Europa se vive mejor, cosa que es cierta, pero no podemos acoger a todos.
ResponderEliminarEstá claro que África necesita una solución, pero ésta no consiste en mandar dinero para que se lo queden los gobernantes corruptos. Lo primero sería instaurar gobiernos democráticos efectivos y lo segundo establecer empresas que generen riqueza. Muy rápido de explicar, pero prácticamente imposible de llevar a cabo con garantías…
Y mientras, nosotros, mirándonos el ombligo.
muy bueno
ResponderEliminaryo es que hace tiempo que no veo la primera, pero me encantan ese tipo de documentales, y odio por encima de todo a los vagos de gran marrano ¬¬
Amigo Luismi, te alabo tu buen criterio televisivo, aunque de La 1, exceptuando “Mira quien Baila” y “Cuéntame” el resto no está mal (comparado con el resto)
ResponderEliminarSalu2