sábado, 12 de marzo de 2011

El suelo que pisamos

Japón. Ahora mismo todo el mundo está pendiente de Japón. Las imágenes del terremoto y de la marea de agua son devastadoras, ha explotado una central nuclear (provocando el que ya es el segundo peor accidente de ese estilo desde Chernobyl) y aún no se sabe exactamente el numero de muertos y desaparecidos. Y quizá pase mucho tiempo hasta que se puedan valorar las consecuencias de todo esto.



Ahora es Japón, hace poco fue Haití. En un día no muy lejano será la costa oeste de Estados Unidos y podremos decir adiós a California.

Hoy lo de Libia parece menos importante, hoy no se habla tanto del loco de Gadafi. Tampoco de la crisis del petróleo, de la otra crisis, la que parece que no se va a acabar nunca, del paro, de los 110 en autopistas y autovías, de política, etc.

Así de necios somos los humanos, la mitad del tiempo intentando arreglar cosas que nosotros mismos hemos roto (o hemos dejado que alguien rompa) y pensando que somos los dueños de todo, hasta que llega una ola, una de la que nadie es responsable, pues surge del mismo suelo que pisamos, y lo barre todo a su paso. Y, a la larga, no cambiará nada...

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