Exhausto se debe de haber quedado el presidente Zapatero tras la visita de la alemana Ángela Merkel. A mí me ha recordado a las empresas multinacionales que tienen delegación en España y vienen de la Sede Central a repasar las cuentas, ver los balances, qué se está haciendo bien y qué se puede mejorar. Al final todo son sonrisas y comidas de fraternidad, pero bien que se han tenido que poner las pilas los de aquí desde tiempo atrás antes de extender la alfombra para que pisen los jefazos.
¡Ay, cada vez los países se parecen más a las multinacionales! Lo primero, garantizar la rentabilidad de los inversores en bolsa, que no desconfíen, que sigan aportando capital y que la maquinaria siga funcionando. Lo demás es accesorio, las cuentas tienen que salir en positivo bien a costa de despedir trabajadores, bien a costa de exprimirlos más, lo importante es que los jefazos y los inversores se queden satisfechos.
Así están las cosas desde el momento que los europeos decidieron unirse más allá de unas meras reuniones de vez en cuando, en cuanto dijeron de adoptar una moneda común y defenderla a capa y espada, costase lo que costase. Gobiernos de izquierdas o de derechas, eso da lo mismo ya, la cuota por ser socio de un club tan elitista como la Unión Europea es esa, y hay que pagarla en tiempo y forma, aunque luego no quede para nada más. Los jefazos siempre deben de irse contentos…
Los jefes son como las nubes....cuando se van queda un día de P.M.
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