Vuelven los héroes de los 80: Rocky Balboa (Rocky VI)

Alguno ya se habrá dado cuenta, pero el cine “Made in Hollywood” ya no es lo que era desde que cambiamos de milenio. Si antes uno de los mayores atractivos de las películas era contar con grandes estrellas en el reparto, ahora se tiene más en cuenta minimizar riesgos y el posible potencial de las ganancias del marketing que rodean un lanzamiento, independientemente de quien figure en los créditos, que por lo general suelen ser actores poco conocidos en espera de su oportunidad de saltar al estrellato. Quizá por ello se explica la oleada masiva de películas sobre superhéroes, series míticas de televisión o adaptaciones de grandes best-sellers en un intento desesperado de apostar sobre seguro a la hora de captar un público que ya sabe previamente algo de lo que va a ver en la pantalla grande.

Así las cosas, y teniendo prácticamente en paro a las grandes estrellas que triunfaron en los 80, que ven como el tiempo pasa a la espera de un gran papel que no llega y viendo ya cercana la hora de la jubilación, no es de extrañar que algunos de ellos, protagonistas de grandes sagas de acción en el pasado, decidan liarse la manta a la cabeza y probar fortuna con una nueva entrega de su personaje más famoso en un intento de arañar un pellizco a la taquilla o, por lo menos, despedir lo mas dignamente que puedan su carrera como actores.

Supongo que el primero de todos fue Arnold Schwarzenegger, que ya con 56 años rodó en 2003 su último Terminator antes de meterse de lleno en política. A él le siguen este 2006 Sylvester Stallone con su Rocky y Bruce Willis con su John McLane de Die Hard (en España Jungla de Cristal) e incluso parece muy probable una nueva entrega de Indiana Jones con un Harrison Ford a punto de cumplir las 65 primaveras y nuevamente Stallone con su Rambo, el atormentado excombatiente de la guerra de Vietnam, para 2008.

En el caso que hoy nos ocupa, Stallone y su Rocky Balboa, pocos alicientes tenía para ver la película salvo uno, la curiosidad, la que mató al gato, la curiosidad de ver como bajo que excusa el pobre Sylvester se pone de nuevo el calzón y los guantes 30 años después del primer Rocky y de ver si es capaz de hacerlo sin perder la poca dignidad que le queda como actor después de acumular fracasos uno tras otro desde Demolition Man en 1993.

Y pese a todo, Rocky Balboa es, a mi juicio, una buena película. En la promoción la anuncian no como una película sobre el boxeo, sino sobre la vida y el paso del tiempo. Y ciertamente, Rocky Balboa es un alegato sobre la fuerza de voluntad más allá de la fuerza física, sobre seguir luchando a pesar de las adversidades, sobre lo importante que es mantenernos firmes en nuestras convicciones y defenderlas, sobre buscar sentirnos realizados haciendo aquello que nos gusta y como a través de ello nos liberamos de nuestros demonios interiores y de cómo no valen excusas en el duro camino a recorrer hasta encontrar nuestro lugar en la vida.

En definitiva, Stallone firma un film muy personal del que sale bien parado y con mucha dignidad, quizá con más de una referencia a su propia vida real, sobre un tipo que quiere librar su último combate, no por dinero ni fama, sino para reencontrarse nuevamente con aquel publico que creció con él y procurando dar al mismo tiempo una lección de humildad y apoyo a las nuevas generaciones que quizá han recorrido un camino más fácil que al que él le tocó en su tiempo.

Si Rambo IV: En el Ojo de la Serpiente se rueda con similar enfoque, podemos estar hablando de un actor que ha sabido cerrar una larga etapa en la sombra y recupera el prestigio perdido haciendo lo que mejor sabe hacer, no rendirse jamás y seguir luchando.

Imágenes: Google.