Han organizado una visita guiada para todo el día, lo cual me viene genial para ver y recrearme en cosas que la vez anterior se escaparon por falta de tiempo. Así, el recorrido comienza por la zona del Castillo y las vistas que desde allí hay de la ciudad, asistimos al Cambio de Guardia de la Puerta de los Gigantes, visitamos la Catedral de San Vito y recorremos la Calle de Oro, donde vuelvo a ver la casa del escritor Franz Kafka, reconvertida hoy en tienda de libros y donde a pocos metros se venden todo tipo de recuerdos, armaduras y artesanía, incluidas las famosas marionetas de Praga.
Descendemos la cuesta del Castillo y damos un pequeño paseo por el barrio de Malá Strana, donde me hubiera gustado callejear más, pero el tiempo apremia y tenemos que encaminar nuestros pasos hacia el famoso Puente de piedra de Carlos, el más antiguo de Praga, donde una treintena de estatuas de Santos contemplan el paso de los turistas…
Estamos muy cerca de la Plaza de la Ciudad Vieja, pero antes de volver a reencontrarme con ella, nos desviamos hacia el barrio de Josefov, la zona judía, donde esta vez si tengo la ocasión de entrar al Viejo Cementerio Judío, donde la otra vez no pude dejar aquel papel con mi deseo escrito sobre una de las 12.000 lapidas que allí se amontonan en un nivel sobre otro.
En el barrio hay varias Sinagogas y nosotros entramos en una, la Española, de estilo árabe similar a la Alhambra de Granada (donde una señora bastante seca nos prohíbe hacer fotos) Cerca hay una estatua en homenaje a Kafka, de las muchas estatuas extrañas que hay por la ciudad…
Finalmente, ahora ya si, con la lluvia sobre nuestras cabezas nos dirigimos a la Plaza de la Ciudad Vieja, donde vuelvo a reencontrarme con la Iglesia de Nuestra Señora de Týn y el monumento a Janus Hus (que desgraciadamente está en plena restauración). Se acerca la hora de irnos, pero no podemos abandonar el centro de Praga sin comprar algunas cosas de recuerdo y sobre todo, sin volver a ver el imponente Reloj Astronómico de principios del S. XV marcando nuevamente las horas. Así, la campana de La Muerte avisa que la hora se aproxima mientras La Vanidad, la Avaricia y la Lujuria niegan con la cabeza; en las ventanas superiores los 12 Apóstoles desfilan sobre el reloj y con el canto del gallo se inicia una nueva hora hacia el Juicio Final.
Es la hora de irnos, una sorprendente y divertida sesión de Teatro Negro nos espera, Life is Life, y después cena en un restaurante cercano a la Torre de la Pólvora, el ultimo monumento que veo y el primero ante el que me detuve 10 años atrás. Mañana tendré la oportunidad de volver a patear Praga por mi cuenta y seguir descubriendo esta mágica ciudad, pero prefiero no hacerlo, estoy seguro de que aquí volveré en una tercera ocasión y por otro lado, me tienta la idea de conocer la cercana ciudad de Kutná Hora.
Continua…
¿en el Teatro Negro vistes la obra de Alicia? A mí no me gusto demasiado.
ResponderEliminar¿La obra de Alicia? No sé, la mía se llamaba "Life is Life" y al principio fue un poco aburrida (de hecho recuerdo dar un par de cabezadas en los primeros cinco minutos) Iba de un tío desde que nace hasta que muere (vaya, acabo de joder el final)pero resulto bastante entretenida ya que ponían canciones famosas de los 80 y además sacaron a un par de personas para tomarles el pelo (que eran compañeros míos) No sé como estarán otras obras, pero aquella estaba bastante bien, y según nos dijeron era la que más tiempo llevaba haciendose.
ResponderEliminarAl final, con las luces encendidas, explicaban como hacian los trucos de mover las cosas...
Qué bonito viaje te has marcado!!!
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