Hace un año por estas fechas visité por primera vez el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel y Villarubia, y quedé gratamente sorprendido con lo que allí se podía ver. Tras muchos años de sequía, por fin un buen invierno de lluvias y, con algo de ayuda de la gestión pública, las Tablas parecían estar renaciendo de nuevo (o por lo menos volvían a tener agua, que por algo se empieza…)
Ahora, un año después, y sin tantas lluvias de por medio, me picaba la curiosidad de ver qué había sido de aquel paraje y si seguiría manteniéndose la recuperación...
Así, hace un par de fines de semana, aprovechando la visita de unos amigos que venían de fuera, volví a las Tablas cámara en mano y aquí está el resultado: Las tablas de Daimiel en 2011 mantienen su encanto y merece la pena visitarlas.
Me pareció ver que ahora hay más patos y aves acuáticas en libertad (probablemente los que se han ido criando en la laguna de aclimatación, que han dejado sueltos por el parque y no se han ido; o también puede ser que se han acostumbrado y ahora ya no se esconden de la gente que pasa a su lado).
Lo único negativo es que también hay más mosquitos. Si decido volver en 2012, no olvidaré llevar un buen repelente.
(Aquí puedes ver las fotos de Las Tablas hace un año, en 2010)
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